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viernes, 9 de junio de 2017

Relatos ilustrados

Seza / Ferrándiz

¡Trac-Trac!

Habla la vieja tortuga

 

Los libritos infantiles fueron una parte muy importante de mi educación, y puedo afirmar que mi afición a la lectura tomó un gran impulso gracias a ellos. Los "Lecturas" de Edelvives, y otros semejantes de Sopena, Molino y las demás editoriales especializadas en textos escolares y para la infancia siguen deleitándome ahora, y si bien el fondo beatón, que no beatífico, de muchas de aquellas historietas repulga un poco, lo cierto es que no me arrepiento de haber formado mucho de mi carácter con aquellos relatos, en los que nunca faltaba el sentido de la justicia, del deber, de la necesidad del esfuerzo y de la dedicación para conseguir cualquier fin.
El que aparece hoy en el blog es un bonito conjunto de relatos firmados por Seza, autor que no he conseguido identificar, con preciosas ilustraciones de Ferrándiz, estupendo dibujante especializado posteriormente en la creación de tarjetas de Navidad (entonces aún no habíamos aprendido a llamarlas "christmas"). 
No aparece en el libro otra acreditación que el sello editorial (Vilcar), ni pie de imprenta ni permisos de ningún tipo o fecha de publicación. Por el precio, siete rubias de las de entonces, supongo que no puede ser de antes de mi nacimiento, a finales de los cuarenta. 
Una cosa curiosa que me hace recordar este librito es el tema del problema de género que se produce en castellano con algunos animales cuyo nombre es femenino: la jirafa, la mosca, la abeja, la pulga, la cabra, siempre se consideran hembras. En las traducciones de El libro de la selva se habla de Bagheera, "la" pantera, cuando en el texto de Kipling se trataba de un bien plantado macho. En este librito se da el mismo problema, con el añadido de que las imágenes no dejan lugar a dudas: Ferrándiz dibuja al protagonista, "la vieja tortuga" Trac-Trac, con su elegante traje masculino, y sin embargo, su compañero el conejo se despide de él con un "querida Trac-Trac".
Vuelco aquí esta obrita sin retoque ni mejora y mostrando las dobles páginas tal como se pueden leer con el libro abierto. Creo que así se le hace mejor justicia y se restituye la sensación del tacto de aquel papel casi de estraza en el que estaba impreso. Espero que guste.


















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